miércoles, 20 de septiembre de 2017

La saga de Hrolf Kraki, de Poul Anderson

La saga de Hrolf Kraki, de Poul Anderson

Complicado, eso de intentar reescribir algún texto clásico, tratando de hacerlo accesible a la sensibilidad, estilo y gustos modernos mientras se conserva aquello que nos hace apreciar el original. Colleen McCulough trató de hacerlo con La canción de Troya, aunque a mi parecer fracasó por completo -su interpretación de los personajes y acontecimientos era muy diferente de los originales-, aunque por otro lado, se trataba de escribir una novela histórica con la narración de Homero.

Mucho mejor resultado obtuvo John Steinbeck con Los hechos del rey Arturo y de sus nobles caballeros. Steinbeck tomó La muerte de Arturo, de Thomas Mallory, y la adaptó, conservando mucho y asegurándose de que las alteraciones iban en la misma dirección que el original. En realidad, hizo lo mismo que el propio Mallory había hecho en el siglo XV con respecto al conjunto de obras que conforman la Vulgata artúrica, unos doscientos años más antigua.

Más en la línea de Steinbeck que en la de McCullough, Poul Anderson -cuya fascinación por los antiguos daneses de los que descendía ya era más que evidente, como testifican algunas de sus obras- publicó en 1973 una reescripción de una antigua saga escandinava. Se trataba de La saga de Hrolf Kraki

La editorial Anaya publicaría una traducción en 1993, como parte de su colección Ultima Thule. Ahora lamento que en su momento esa colección pasara desapercibida para mí, porque su lista de títulos resulta impresionante, los cuales deberían ser recuperados. Al menos en este caso lo fue, porque Alianza volvió a publicar La saga de Hrolf Kraki en 2016, bajo la colección Runas.

Pasando ya a la historia en sí, esta saga me resulta un tanto atípica. La mayoría de las que he leído -y son unas cuantas, a estas alturas- cuentan la biografía de algún héroe nórdico desde su nacimiento o incluso desde la historia de sus padres, hasta su final, ese destino que aguarda a todos los mortales y del que nadie puede escapar. Otras se centran en un lugar y detallan los acontecimientos y hechos que allí se suceden a lo largo de varias generaciones. Por supuesto hay muchos tipos de saga, pero esas dos son las que he encontrado con más frecuencia.

La de Hrolf Helgisson, apodado Kraki, recuerda, y no poco, al mito artúrico. Hrolf es uno de los reyes daneses, cuya ambición es la unificar toda Dinamarca para terminar con las interminables y mezquinas guerras que se suceden en el territorio. Encarna las mejores virtudes del gobernante idealizado, aunque no es infalible ni perfecto. Y su corte atrae a los mejores guerreros del norte, ya sean daneses, noruegos o suecos. Incluso su concepción y nacimiento resultan controvertidos -su madre es también su hermana-, lo que traerá consecuencias a largo plazo. Incluso, en plan crossover -las sagas tendían a estar muy relacionadas-, se hace mención a Beowulf, contemporáneo de Hrolf y Helgi.

Aunque Hrolf es el personaje que actúa como eje de la saga, en torno al cual gira todo, en realidad no es el protagonista. A decir verdad, la historia comienza un par de generaciones antes de él, y no poca importancia tienen las vidas de su padre Helgi y de su tío Hroar, con sus propias aventuras, éxitos y desgracias. Más adelante, cuando Hrolf accede al trono, el énfasis se pone en sus mejores guerreros, sus orígenes, sus hazañas y victorias. Todo ello termina por confluir en una trama final trágica y épica a partes iguales.

He leído la saga original (la editorial Gredos tiene una buena traducción en uno de sus volúmenes) y puedo decir que Anderson fue de lo más respetuoso con el material que usaba como fuente. Retoca aquí y allá, amplía para ofrecer detalles, interpreta reacciones y diálogos para incluir una mayor profundidad psicológica en los personajes, y describe acciones mencionadas sólo de pasada en el original para añadir contexto y emoción a algunos momentos, como la ejecución de rituales mágicos. Pero conserva el tono y el estilo. La lectura mantiene esa prosa arcaica -completamente accesible, sin embargo- y la interpretación que el autor hace de los personajes no les hace perder su esencia original, los moderniza solo lo justo, que es muy poco.

La saga original me pareció de las mejores que he leído, por el entramado tapiz que se forma -pocas hay que me hayan gustado más, la de Egil Skallagrimson tal vez, la de Njall seguro-, y la novela de Poul Anderson le hace justicia. Realza sus puntos buenos, y apuntala allá donde resulta necesario para el lector moderno. Me parece un libro excelente, y lo recomiendo sin reservas.




Red de Rol

via MUNDOS INCONCLUSOS

September 20, 2017 at 10:53AM